Las artesanías en la Revolución Mexicana

Uno de los sucesos más importantes en la historia de nuestro país fue la Revolución Mexicana. Un período lleno de cambios para el país, pues el nacionalismo abundó y a su vez, cayó la dictadura de Porfirio Díaz. Pero todo esto no quiere decir que las artesanías mexicanas se hayan quedado en el olvido, pues también fue un periodo interesante para su producción.

La revolución mexicana trajo muchos cambios a nivel social, político, económico y hasta gastronómico. Un período lleno de nacionalismo, abundó en gran parte el reconocimiento general del valor de las manifestaciones artísticas más arraigadas en el pueblo.

El mejoramiento de los productos tradicionales y elaboración de nuevos artículos, el mejor aprovechamiento de las materias primas locales; la revalorización de formas, así como elementos decorativos antiguos y creación de nuevos elementos funcionales. Estos, ajustados a la forma de vida y necesidades de la población rural y urbana regional.

Artesanías durante la revolución

Gracias a la nueva apreciación por el arte nacional y las raíces mexicanas, las corrientes artísticas y artesanales tuvieron mayor revuelo, dando lugar a estas artesanías.

Alebrijes

Una de las artesanías más populares de México nació en el período final de la revolución mexicana. Su popularización se dio gracias a los artistas del momento, Frida Kahlo y Diego Rivera, quiénes también tuvieron su auge durante este tiempo. La historia de los alebrijes merece un artículo completo, por lo que ya tiene uno en donde hablamos sobre su origen, significado e historia. Haz clic aquí para leerlo.

Alebrije, foto de La Reina de Tonalá

Sarapes

Nacidos bajo el mestizaje, el sarape lleva una elaboración compleja y colorida que refleja los colores de los artesanos, campesinos y revolucionarios que lo utilizaron. Esta prenda adquirió fama en la ciudad de Saltillo, Coahuila, por la calidad con la que son fabricados. Además, es una prenda que guarda un legado de tradición entre los colores de hilos y el bordado de sus formas. Es la prenda que caracteriza a los caudillos revolucionarios.

Ángel vestido como caudillo revolucionario con un Sarape, foto de La Reina de Tonalá

Metate

Si bien, esta artesanía mexicana existe desde la época prehispánica, durante la revolución mexicana se popularizó aún más. Las comidas típicas abundaban para los caudillos de la revolución y las mujeres eran las que preparaban diferentes platillos para que estos fueran a pelear. La tortillas hechas a mano con el metate y el comal nunca podían faltar. Se dice que lo que más consumía Emiliano Zapata era atole de ciruela, elote y piloncillo. Frijoles de olla, mole de olla con bolitas de masa, tortillas hechas a mano y salsa de tomate con jumiles, todo preparado por su esposa. 

Metate de piedra volcánica, foto de La Reina de Tonalá

En barro todo es mejor

No se ocultaba el hecho de que muchas familias mexicanas preferían cocinar sus alimentos en productos de barro. El café, frijoles y atole eran los favoritos para preparar en ollas de barro. En las cazuelas, los guisos de carne como el mole, eran imperdibles para los revolucionarios. Todo acompañado con un jarro de pulque o un tequila, que les ayudaba a darse valor y mitigar el cansancio y la nostalgia.

Ollas de barro con brasero, foto de La Reina de Tonalá

México ha sobresalido entre batallas y guerras internas y externas, los cambios políticos, económicos, así como sociales han repercutido en nuestra cultura. La historia de un país se define a través de todos estos cambios, pero se define aún más por su gente, sus raíces y costumbres. El folklor mexicano se ha mantenido a través del tiempo gracias a los mexicanos, eso nos demuestra que ni siquiera las guerras pueden cambiar por completo la esencia de nuestra cultura. 

¡Feliz día de la Revolución Mexicana!

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