Barro betus, folklore mexicano originario de Tonalá

Una de las técnicas más emblemáticas de Tonalá, única por su color y originalidad. Así es el barro betus, también conocido como barro fantasía por sus vibrantes colores. ¿Ya lo conocías?

Técnica que nació en la comunidad de Santa Cruz de las Huertas. Este tipo de arte data de la época colonial y llama mucho la atención por las piezas impregnadas de color y alegría. Tuvo su auge en el siglo XX. A esta técnica también se le conoce como cerámica fantasía por los colores brillantes que utiliza. Una de las características que hacen que este método resalte es su picardía, los seres fantásticos y la representación de leyendas y danzas como la de los tastoanes. 

El barro betus es el barro fantasía.

El barro betus recibe su nombre por el aceite que se utiliza para barnizar las piezas ya horneadas y pintadas. La resina natural tradicionalmente era obtenida de un tipo de árbol conocido localmente como “betus”. Parte del proceso antiguo de este procedimiento, para darle un fondo blanco, era el baño a las piezas crudas con una tierra llamada “chaute”. Esta era extraída de la región y se mezclaba con agua. 

Una vez horneadas las piezas, se colorean con anilinas industriales, en el caso de los procesos más modernos; tradicionalmente y como lo sigue haciendo Juan José Ramos Medrano, es fabricando sus propias anilinas de manera artesanal. La aplicación al final del aceite de betus era directamente con las manos, frotándose sin utilizar brochas. Después de hacer la pieza, a través de un molde o placas, se quema a baja temperatura. Posteriormente se pinta en frío utilizando colores muy alegres, los mismos que hacen que estas piezas destaquen entre otros procedimientos para producir artesanías de barro.

Foto tomada de unionjalisco.com.mx

Un poco de historia….

Uno de los mayores representantes de esta técnica es Don Candelario Medrano y toda su familia. Don Candelario fue un artesano que después de la producción de tubos de albañal, transitó a la creación de piezas originadas en su imaginación con la técnica de barro bruñido. Recibió de sus padres este conocimiento y posteriormente, lo heredó a sus descendientes, haciendo así que su trabajo sea clave en la presentación de este legado regional.

A finales de los años 60, el trabajo de este artesano fue muy cotizado internacionalmente por sus innumerables figuras. Don Candelario murió en el año 1986 y  durante su carrera como artesano recibió múltiples premios por la originalidad de sus obras. Importantes museos de México, Estados Unidos y Europa lo tienen en sus colecciones incluso, sus piezas siguen siendo de las más valoradas y con altas cotizaciones. 

De su legado artesanal podemos rescatar sus sorprendentes creaciones como las Arcas de Noé en la que incluía mariacheros, kioscos de tastoanes flotantes, volantines que casi vuelan y circos con la mujer más gorda. 

Considerado como el maestro del surrealismo, especialmente en universidades de Harvard o Berkeley en Estados Unidos; este artista creaba una infinidad de artesanías de barro ya que las veía en sus sueños o durante periodos de alucinación en sus “borracheras”.

Su legado continua.

Juan José Ramos Medrano, nació el 23 de julio de 1957. A los 13 años incursionó de manera formal en el trabajo alfarero de la mano de su abuelo, Candelario Medrano. A los 20 años, una vez que contrajo matrimonio. En compañía de su esposa Yolanda Acero, decidieron incursionar por su cuenta realizando piezas similares a las de su abuelo pero con un toque propio. 

Entre las piezas que realiza, se destacan los leones coronados (nahuales), caballos, volantines, gallos de diferente formato y máscaras que son su especialidad. Al igual que su abuelo, ha recibido múltiples reconocimientos otorgados por el Ayuntamiento de Tonalá y por parte del Gobierno del Estado de Jalisco y del país.

Técnica en peligro de extinción.

El barro betus es una tradición que corre el peligro de desaparecer, pues actualmente solo una familia lo trabaja de la forma original. Los pocos descendientes de Candelario continúan con la producción tradicional. En cambio, otros artistas que comercializan el barro betus, la crean con pintura vinílica. Aunque algunos combinan las técnicas artesanales con procedimientos más modernos, estos cambian la composición y hacen que las piezas luzcan diferentes. Estos factores combinados con la baja demanda que muchas veces tiene esta rama artesanal, lleva a vivir a las familias artesanas en una situación económica ajustada, sin permitirles vivir en las condiciones adecuadas de vida. 

Además es una técnica que ha perdido un poco de popularidad, sin embargo, los maestros artesanos que se dedican a laborar en este arte, intentan conservarlo por la gran tradición que guarda y el legado de un hombre con una gran imaginación. 

Es a través de la experiencia como los artesanos saben cuando es un buen barro y si es barro betus. La saben reconocer a través del tacto, olor y gusto. Las artesanías de barro fantasía transmiten un olor característico por el propio material que se usa al momento de pintarlas. Además, suelen presentar un detalle curioso, si se pone la lengua en la superficie de la pieza y esta se queda pegada, es porque se trata del betus y no de otro material.

Foto tomada de la página web, herenciamilenaria.com

El surrealismo del barro betus sobrevive.

El trabajo con el barro es una relación de respeto y paciencia. Es un proceso que lleva su debido tiempo y está compuesto de etapas. Exige práctica al igual que habilidad adquirida a lo largo de la experiencia con la materia. A través de las memorias de cada artesano se pueden conocer las historias que existen por detrás de una pieza artesanal. La tradición del oficio entre las generaciones de artesanos, motivan la permanencia y transmisión a los descendientes familiares. 

Si bien, la constante innovación, adaptación y rescate de artesanías mexicanas son una parte elemental para preservar esta tradición artesanal de Tonalá, el legado de cada familia artesana queda retratado en las piezas que crean. 

Esperamos que te haya gustado leer este artículo sobre el barro betus. Si no conocías esta colorida técnica, llena de alegría y tradición tonalteca, esperamos que hayas aprendido un poco más sobre ella. 

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